Parecía que el estilo mayo'68 ya estaba obsoleto, y que la ola actual de rebeldía flirteaba más bien con el nihilismo intelectual; pues no, ahora el sistema de protesta es delante de la pantalla de ordenador, saboteando webs y anuncios. Queda reservado para los más activos sabotear actos y conferencias.
¿El estilo? ganarse al gran público con un toque de ironía y humor, provocando en él una sonrisa. ¿Objetivo? buscar formas de expresión distintas para movilizar.
Ahora bien, estas estrategias las utilizan también las marcas para hacer publicidad, luego, estamos ante un nuevo estilo de comunicación que nace, cuyos métodos no son nuevos, pero que puede sintonizar bien con una audiencia harta de la demagogia de los políticos y saturada de la publicidad habitual.
En la edición de La Vanguardia de ayer se recogían unas declaraciones muy interesantes de JordiClaramonte que durante varios años dio clase en el MIT sobre estas cuestiones: "El activista, y no me gusta esta palabra, adquiere una cierta posición de superioridad moral por el hecho de serlo, y esto provoca rechazo en algunas personas. En cambio el culture jamming no pretende moralizar, sino que invita a que cada uno piense por sí mismo".
La reivindicación de librepensamiento comienza a extenderse y se buscan nuevos modos de comunicar, pero ¿el jamming es el camino?
martes, 13 de mayo de 2008
Culture jamming: comunicación de guerrilla
Publicado por Jordi Pujol Soler en 11:26
Etiquetas: comunicación, cultura, ética, Periodismo, Publicidad, tendencias
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